P008_Lirio

El lirio común o lirio azul (iris germánica) es una planta herbácea de sencillo cultivo y magníficas flores que puede convertirse en la reina del jardin. Planta que puede ser bulbosa o rizomatosa (nuestro lirio común pertenece a este segundo grupo), es procedente de Europa y puede alcanzar los 50 cm. de altura.

Una de sus cualidades más importantes es la facilidad para desarrollarse en el exterior, lo que implica que no demandará complejos cuidados ni dará quebraderos de cabeza. Bastará con prestarle un poco de atención para que ella nos regale una floración de impresionante colorido y belleza.

Los bellos colores de sus flores, su forma original y su perfume agradable son uno de sus tesoros del que se puede disfrutar desde la primavera y hasta finales de verano. Aunque el color predominante del lirio común es el azul, es en un amplio reperterio de matices que van desde el lavanda al azul intenso, también pueden ser blancas, amarillas, moradas o incluso rojas.

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Lirio común

Cuidados

Los lirios están de maravilla cuando no hace ni mucho frío ni calor, la temperatura ideal oscila entre 12 y 18º. Lo que verdaderamente le perjufica son los cambios bruscos de temperatura, que provoca que los tallos sean más cortos y las flores aparezcan más tarde. 

En invierno son sensibles a las heladas por lo que es aconsejable acolchar el terreno con corteza de pino o cualquier otro material adecuado. En cualquier caso a nosotros nos ha soportado heladas e incluso una nevada, además de las temperaturas extremas del verano aragonés que hemos evitado colocandolo en semisombra.

En época de floración es recomendable un aporte de energía extra como un abono mineral granulado de liberación lenta, un producto que va nutriendo poco a poco la planta y lo hace seguro y eficaz.

Debe contar con un buen drenaje pues no tolera encharcamientos, y un sustrato con suficiente materia orgánica, turba y arena puede ser perfecto para esta planta que en nuestro caso dispone de una maceta grande. 

En cuanto al riego las características esenciales son aportar agua para mantener la tierra en tempero durante todo su desarrollo, no dejar que ésta se seque. Con la subida de las temperaturas hacia el verano, aplicaremos la misma cantidad de agua pero con mayor frecuencia de riego. En general, aportes de agua 2 a 3 veces por semana son suficientes para no permitir que la tierra se seque y cubrir de humedad todas las raíces de los lirios.