El Molino

El Molino

El Molino de Regolfo de Pina de Ebro se encuentra ubicado en la huerta, en la zona denominada el Galacho del Molino, al que se accede por el camino carretero desde Osera, a una distancia de tres Km. Transitables bien peatonalmente o en vehículo.

Se trata de un edificio muy transformado en la segunda mitad del siglo XX, que no muestra huellas arquitectónicas de haber sido un molino, salvo por el hecho de encontrarse rodeado de un antiguo sistema de alimentación de acequias.

Aparece una voluminosa construcción de planta rectangular, con fachada articulada en tres pisos y cubierta a cuatro aguas con teja. Tiene tres plantas, la primera de las cuales está elevada en sillares de buena cantería y gran tamaño, mientras que las restantes lo están en ladrillo revocado con yeso, con cubiertas que delimitan cada piso al exterior dado una forma armónica y proporcional a la fachada.

Existen referencias documentales del molino en el siglo XVI, en el Registro de Actos Comunes de la ciudad de Zaragoza, donde en referencia al Molino Nuevo de Zaragoza, se dice "por lo menos de dos muelas de la forma y manera que tiene el Conde de Sástago en Pina"

Actualmente se encuentra en desuso, su último provecho ha sido como refugio de jornaleros. Total y tristemente abandonado a pesar de su importancia, por la estructura arquitectónica del edificio y porque se conservan escasos molinos de regolfo, aunque en éste haya sido cegado el cubo y sellado con hormigón.

Los molinos de regolfo gozaron de gran popularidad en Aragón en la segunda mitad del siglo XVI, y se les denomina así por la acción que hace el agua retrocediendo de su curso cuando encuentra algún obstáculo. Actuaban como rudimentarias turbinas cuando todavía faltaban más de dos siglos para que se inventasen.

Se colocaban en acequias de elevado caudal y poco salto, siendo este sistema de “regolfo” el que permitió construir molinos en lugares donde, hasta entonces, no habían podido instalarse por carecer el cauce de saltos de entidad. Así permitieron aprovechar la energía disponible en algunas acequias de caudal considerable.

El mayor problema de este tipo de molinos es que debía hacerse una remoción en la acequia, realizando un canal paralelo que accionaba el engranaje del molino. Una vez había sido utilizada, el agua volvía nuevamente a la acequia.

Por lo tanto, la aparición del sistema de "regolfo" hizo posible extraer la, hasta entonces, inútil energía contenida en los saltos menores de tres metros con grandes caudales.

El funcionamiento de este tipo de molinos era el siguiente: el agua penetraba hasta la rueda por un estrecho canal, lo que hacía que se acumulara y creciera produciéndose el efecto de regolfo, hasta llegar al rodete, haciéndolo girar al tiempo que éste hacia girar también el agua por efecto centrífugo proporcionando una fuerza añadida.

Imagen del mejor conservado molino de Cinco Olivas.

Principales referencias consultadas:  Páginas del Ayuntamiento y de la Comarca,  Zaragoza Turismo (DPZ),  Red Aragón,  Gran Enciclopedia Aragonesa y  Wikipedia

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