Encinacorba

Encinacorba - Iglesia de Santa María

Cómo llegar

Ampliar imagen

Iniciamos este desplazamiento con la idea de visitar dos pintorescos lugares que están próximos entre si, el pueblo de Encinacorba en primer término y el Santuario de Nuestra Señora Virgen de Lagunas después, donde podremos también almorzar.

Saldremos de Zaragoza para tomar la A-23 rumbo a Teruel, por la tan esperada autovía Mudéjar que en un suspiro nos permitirá alcanzar la cercana localidad de Cariñena.

Abandonaremos esta vía rápida en la salida previa a Longares, para tomar la antigua carretera A-330 que seguiremos hasta Cariñena. Si nos fijamos podremos observar en este trayecto, unos tres kilómetros antes de llegar a Cariñena y a la derecha de nuestra marcha, la entrada al Santuario que vamos a visitar después.

Se cruza Cariñena y justo al final, donde esta ubicada la gasolinera, tenemos indicado el desvío a la derecha para tomar la CV-669 que tras cuatro kilómetros de ruta muy sugerente, es zona de vinos, donde uno siente la sensación de que la luz del sol baja canalizada por el valle, nos encontraremos en nuestro primer destino, Encinacorba, al llegar al pueblo un peirón divide los caminos.


El lugar

La localidad de Encinacorba se encuentra al pie de la sierra de Algairén, sierra que por cierto está catalogada como ZEPA (Zona de Especial Atención para las Aves) y que junto a las cercanas sierras de la Virgen y la de Vicort conforman el sector central del Sistema Ibérico zaragozano.

Haciendo un poco de historia, que este pueblo la tiene y muy rica, puedo decir que en origen se trataba de un territorio despoblado reconquistado en la batalla de Cutanda por Alfonso I el Batallador, que la ganó a los almorávides, siendo tras ella concedido para su repoblación a la naciente Orden del Temple.

En 1120, según cuentan las crónicas, se instalarán en la zona fundando la localidad cristiana cerca de una encina torcida que atalaya el desolado paisaje. La presencia de este solitario y robusto vegetal no sólo condiciona la elección del asiento de la localidad, sino que se perpetúa su recuerdo imponiendo a la nueva villa el nombre de “Encina-corba”, con el que será conocida en adelante. Asimismo, este símbolo que pregona su origen, figura en el cuartel derecho de su escudo.

Seguirá cerca de dos siglos dependiendo de la autoridad suprema de los templarios hasta que, por la Bula del Papa Clemente V en 1312, fueron disueltos legalmente y los bienes que poseían en Aragón pasaron a ser entregados por Jaime II a la Orden de San Juan de Jerusalén, siendo sanjuanistas hasta la desamortización de 1841.

Su casco urbano conserva notables edificios de tipo aragonés y de estilo renacentista pero de la localidad queremos destacar la iglesia parroquial de Santa María, de una sola nave, una inmensa mole de ladrillo dominando el paisaje urbano con su torre-campanario de estilo mudéjar del siglo XVI, con arabescos que juegan a luces y sombras con el sol donde nos desborda toda su belleza en motivos decorativos que aparecen junto con arcos de medio punto ya de estilo renacentista, propios de residencias señoriales.

La iglesia se asienta sobre el antiguo castillo de los hospitalarios, del que sólo quedan restos de sus muros en la parte baja, y cuyo campanario de ladrillo se levantó sobre el torreón del que arranca la muralla norte del castillo, donde todavía quedan en pie dos torreones.

En su interior, el coro tiene verja barroca del siglo XVII y conserva un órgano medieval restaurado recientemente. Alberga también otras piezas de interés como un conjunto de madera policromada, una imagen de Cristo crucificado románico-gótico del siglo XIII; un retablo plateresco de la Virgen del Rosario; un interesante lienzo del siglo XVII, que se atribuye a Zurbarán, en el que aparece San Francisco de Asís, y la hermosa talla en alabastro de la Virgen del Mar, con el Niño en brazos, datada en el siglo XIV.

Lo curioso, lo sorprendente, es que tenga por patrona a la Virgen del Mar, porque las arcillas del valle son pregoneras de la sed aragonesa y el secano se extiende hasta enlazar con la sierra. Contaremos su historia para entenderlo.

Fue precisamente, a uno de sus Comendadores, don Jorge de Sena, a quien debió Encinacorba la posesión de su preciada Imagen de Nuestra Señora del Mar, preciosa escultura tallada en ágata, cuya curiosa historia sería la siguiente: Parece ser que pocos años antes de que la isla de Rodas cayese en poder de los turcos –los cuales desalojaron a los Sanjuanistas en 1522-  volvía de dicha isla hacia España el Comendador de Encinacorba en una pequeña nao, acompañado de otros caballeros de la Orden.

Durante su periplo mediterráneo aconteció que una gran tempestad puso al barco en grave aprieto, salvándose del naufragio merced a la protección de una imagen de la Virgen, que sobrenadando entre las tumultuosas olas lo condujo milagrosamente a puerto. Sorteada luego la imagen entre los viajeros por ella salvados, correspondió al de Encinacorba, que la llevó fervoroso a la capital de su Encomienda, donde se inició el más entusiasta culto. Colocada primeramente en el altar mayor de la iglesia parroquial de la villa, los devotos de Ntra. Sra. Del Mar –advocación que recibió en memoria de su aparición- construyeron después una suntuosa capilla, que se convirtió en el polo de la atracción religiosa y mariana de los encinacorbenses.


Santuario Virgen de Lagunas  (Cariñena)

Dónde almorzar

Como hemos indicado al principio, tras esta relajada visita a Encinacorba, iniciamos regreso a Zaragoza con intención de efectuar una parada en el camino para visitar el Santuario de Nuestra Señora de Lagunas, lugar donde también podremos almorzar cumplidamente.

Se trata de un curioso paraje que nosotros descubrimos por casualidad, al preguntar en la gasolinera donde podríamos almorzar toda vez que en Encinacorba estaban en fiestas y no abrían el bar hasta pasadas las once, y ciertamente que la recomendación que nos dieron fue buena porque el lugar es digno de un alto en el camino.

En la ruta de regreso encontraremos el desvío, entre las localidades de Cariñena y la cercana Longares, a tan solo escasos tres kilómetros, está indicado a la izquierda de nuestra marcha y se encuentra en medio de una gran llanura de viñedos.

Si trazamos una cruz uniendo Cariñena-Alfamén y Cosuenda-Longares, aproximadamente donde se crucen los trazos, encontramos geográficamente el Santuario. Estas cuatro localidades, junto con la también cercana Almonacid de la Sierra, honran y veneran la imagen de Nuestra Señora y celebran romerías en su recinto.

Su origen viene de una ermita del siglo XV, época en la que se levantaría en este lugar una granja o poblado llamado Pardina de Lagunas. De esta ermita originaria tan sólo queda la imagen de la Virgen y la torre.

El Santuario lo conforman un conjunto de distintas dependencias cerradas en forma rectangular, por lo que forman entre sí una gran plaza para el asueto y recreo. La iglesia ocupa toda el ala norte; el ala sur es la casa del ermitaño, el ala Oeste es un gran comedor de arcos y cristaleras que dan a la plaza; y en el ala Este se encuentran las dependencias destinadas a la hospedería o albergue.

Todo el interior de la iglesia lo encontraremos delicadamente ornamentado de pintura y yeserías de estilo barroco-mudéjar que representan volutas, líneas curvas y motivos geométricos.

En la actualidad hay una familia que se encarga de su cuidado, de abrir y cerrar, de acoger a los numerosos grupos que acampan en los arbolados de su entorno y las excursiones y peregrinaciones que incluyen la visita a la Virgen de Lagunas en sus itinerarios. Atienden un bar en el que sirven almuerzos, comidas y meriendas.

  • Teléfonos
  • Santuario 976 620028
  • Ayto. de Cariñena 976 620112

 

(c) 2008   Ignacio Gonzalvo


Localidad: ENCINACORBA


Distancia de Zaragoza: 61 Km.


Tiempo estimado: 00h44


Comarca: CAMPO DE CARIÑENA


Provincia: ZARAGOZA


Población: 347 habitantes


Altitud: 762 m.

Galería

Galería Santuario