Biel

Biel -  El castillo fortaleza

Cómo llegar

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Saldremos de Zaragoza por la Autovía A-23 dirección Huesca hasta llegar a la salida de Zuera norte donde tomaremos el desvío por la A-124 con dirección a Ejea.

Siempre sin dejar esta calzada pasaremos de largo los desvíos a Gurrea de Gállego, luego a las Pedrosas y más tarde a Sierra de Luna, continuando por ella hasta llegar a la rotonda de intersección con la A-125, en la cual iremos dirección Luna por la A-1103.

Cruzamos Luna siguiendo ruta hacia el Frago, desde aquí nos separa una distancia de 28 kilómetros de nuestro objetivo, Biel.

Este último tramo deberemos hacerlo con mucha tranquilidad ya que se trata de una carretera de tercera, estrecha, sinuosa y de asfalto deficiente, pero si aceptamos esta premisa y circulamos por ella de manera relajada vamos a disfrutar de lo lindo porque sentiremos la naturaleza entrar por nuestros ojos. Discurre por tierras del prepirineo, un paraje impresionante donde en ocasiones los árboles nos impedirán ver el cielo, una verde escolta que ya no nos abandonará hasta la meta.


El lugar

Visitamos la localidad de Biel, ubicada en la margen izquierda de la cabecera del río Arba y a los pies de la Sierra de Santo Domingo donde sus roquedales dejan paso a campos de cultivo, como decimos, es pleno prepirineo aragonés. Un pueblo peculiar y sorprendente donde más del 80% del término municipal es bosque, espeso bosque de pino y roble donde al final de todos los veranos se puede escuchar los berridos de los ciervos que se disputan a las hembras de la manada.

El caserío de su núcleo urbano, acurrucado en torno al castillo-torreón que se yergue sobre un espolón rocoso, hace que uno se sienta trasladado directamente al medievo; viviendas de piedra, calles estrechas cruzadas por pisos puente y monumentos de la talla de la iglesia parroquial de San Martín, transforman al municipio en un enclave de obligada visita.

Su estratégica situación geográfica, en la frontera con los dominios musulmanes, la convirtió en fortaleza durante todo el siglo XI y pudo ser la causa de que se levantara un castillo de tal envergadura y calidad pues custodiaba, junto con las fortificaciones de Uncastillo y Luesia, los caminos que desde Ejea, por el Sur, penetraban hacia tierras del condado de Aragón.

Muy poco se conserva del recinto que servía para reforzar y nivelar el terreno formando una pequeña plaza de perímetro aproximadamente oval, en cuyo extremo meridional y sobre la pared más escarpada se edificó la gran torre del homenaje, recientemente restaurada su techumbre y sobre la que hay proyectos para ultimar su recuperación plena.

Según relata Cristóbal Guitart, esta grandiosa torre no es uno de tantos castillos y pudo ser construida por artesanos nórdicos, quizás normandos. Hipótesis que viene avalada por la gran superficie interior de la torre (un rectángulo irregular de 20 x 10 metros), muy inusual en el momento español y que hace pensar que pudiera ser un palacio, próximo a la ideología del "donjón" (castillos formados por una torre principal de grandes dimensiones) característico del norte de Francia.

Las primeras noticias que se tienen del castillo son de la época de Sancho III el Mayor de Navarra. Durante todo el siglo XI aparece vinculado a la familia real aragonesa, así se sabe que Sancho Galíndez y su mujer, doña Urraca, lo donaron a Sancho Ramírez, rey de aragoneses y pamploneses, quien lo entregó en dote a su esposa Felicia de Roucy, con la que contrajo matrimonio en 1071. A partir de esa fecha el castillo de Biel aparece citado como palacio del Rey, del que serán tenentes sucesivamente sus hijos Fernando y Alfonso (el que llegaría a ser Alfonso I el Batallador).

En el siglo XIII pierde el valor estratégico que atesoraba al dejar de formar parte de la frontera sur del reino de Aragón, por avance limítrofe de la reconquista a los califatos árabes. Tras perder nombradía militar pasa a ser un lugar de señorío, apareciendo como señores del castillo los nombres de Juan (hijo de Alfonso IV), la reina María de Luna, los señores de Illueca, etc.. Ya en el siglo XV figurarían como señores el príncipe Don Martín de Aragón y el condestable Don Álvaro de luna, hasta que en el siglo XVII pasa a pertenecer al arzobispado de Zaragoza.


ALZADA Y PLANTA DE LA TORRE DEL CASTILLO

El recinto interior de la torre alcanza los 105 metros cuadrados, con una altura de 30 metros y una planta de 10 por 20 metros. Está construida en piedra de sillar muy bien labrada, asentada con un fino tendero de cal. Sus muros son lisos y poseen algunas ventanas pequeñas, altas y estrechas como saeteras, salvo en el muro occidental que son grandes. Sus muros son completamente rectos, a excepción de una peculiar letrina que sobresale a modo de buharda.

A mediados del siglo XVI el arzobispo de Zaragoza y señor de Biel, Don Hernando de Aragón, mandó realizar unas reformas que afectaron a las ventanas de los pisos de la habitación principal, con grandes y desafortunados ventanales.

Lo que hoy en día podemos ver no es más que su esqueleto de piedra. Faltan pues, y sería magnífico poderlos reponer, los elementos de madera que compartimentaban y hacían habitable la torre. Parece ser que el Ministerio de Cultura está por la labor y va a iniciar en breve la recuperación de las plantas originales con la intención de albergar en él un museo sobre la vida en las fortalezas medievales.

En época de Hernando de Aragón también se reconstruye la iglesia parroquial de San Martín, que hoy permanece intacta, pues de la antigua iglesia románica, fundada en el siglo XI por Sancho Ramírez, no queda ningún resto al haber sido "deshecha" para aprovechar los materiales en la construcción de la nueva, más amplia y acorde a las necesidades. Esto es lo que hace que sea de estilo gótico-renacentista mientras que casi todas iglesias de las localidades cercanas pertenecen al estilo románico.

Se cree que este “ensanchamiento” de la iglesia se produce por la conversión de los judíos. Para nada consta, en la abundante documentación, que la antigua iglesia tuviera algún problema en su estructura o que pudiera estar bajo la amenaza de una ruina inminente. Sin embargo la judería de Biel era, en términos absolutos, una de las ocho más importantes de Aragón y, a finales del siglo XV, la población judía sobrepasaba los trescientos habitantes, lo cual suponía más de la mitad de la población total. A raíz del decreto de expulsión gran parte se convirtió al cristianismo y se quedó en su localidad. Como consecuencia, la población cristiana, con este nuevo aporte de cristianos nuevos, prácticamente se duplicó, por lo que probablemente no cabrían en la antigua iglesia. Además estos conversos debían, al menos, aparentar que eran más cristianos que nadie y, hasta es posible, que ellos, en parte, sufragaran los extraordinarios costes de esta ampliación, teniendo en cuenta el poderío económico de algunos de estos cristianos nuevos.

La actual iglesia de San Martín de Biel es un edificio de piedra de sillería de excelente calidad que se encuentra adosado por su lado norte a la pared rocosa sobre la que se asienta el castillo y en la parte superior, al pasadizo de acceso a este último, realizado también en piedra de sillería.


Dónde almorzar

Este pueblo serrano bien merece un alto en el camino por dos poderosas razones: aquellos hitos arquitectónicos nombrados que salpican sus calles y los exquisitos platos que se sirven en El Caserío, buen restaurante especializado en la cocina tradicional que elabora con productos autóctonos de la zona y de la caza.

Ubicado en un atractivo y pintoresco local de aspecto rústico, con gran encanto, cual si de un refugio de caza se tratase.

En nuestra visita nos limitamos a un buen par de huevos con jamón y patatas fritas pero nos quedó pendiente, para una nueva ocasión, la cata de uno de los principales ingredientes de la gastronomía que pone en práctica el restaurante, la carne de ciervo.

Lleva fama su estofado de ciervo y las croquetas con la misma carne, también es reseñable su estofado de jabalí, las judías de Biel, las empanadillas de morcilla con mermelada de setas, o sus bolas de acelga con gambas, muchos platos que completan una amplia carta de calidad.

Leemos, no nos sorprende, que ha sido galardonado por el Departamento de Cultura y Turismo de la Diputación General de Aragón, por su esfuerzo y dedicación, símbolo de la buena gastronomía.

  • RESTAURANTE EL CASERÍO
  • C/ Mayor. 17
  • Tel. 976 669083
  • Biel (Zaragoza)

(c) 2008   Ignacio Gonzalvo


Localidad: BIEL

 

Distancia de Zaragoza: 96 Km.

 

Tiempo estimado: 01h39

 

Comarca: CINCO VILLAS

 

Provincia: ZARAGOZA

 

Población: 204 habitantes

 

Altitud: 760 m.

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